Archive for 2013

Llevarlo o no a la guarde he ahi el dilema

Si miras esa foto y estás pensando en llevar a tu bebé a una guardería, se te quitarán todas las ganas. Pero les cuento la verdad, él estaba llorando porque no quería tener "eso" (la mochila) en la espalda, no porque no quisiera ir a la guarde.
El primer día que lo llevamos él no la pasó tan mal.  Yo la pasé fatal.  Sufrí, lloré, me sentí culpable, me repetía una y otra vez "para qué tuve un hijo si lo iba a dejar tirado en una guardería"?  Y aunque tuve el privilegio de estar en casa hasta sus 11 meses,  me perdería mucho de su aprendizaje. Después de casi un año de crianza amorosa, de darle pecho y amor a demanda, de vivir cada una de sus primeras veces, me convertiría en una total extraña para él. 
Pero no contamos con abuelos que "se encarguen", y encima ingeniero informático es la peor carrera si quieres tener hijos, porque bien sabemos todos los del gremio, que hay que currar hasta la noche, porque las consultoras se empeñan en vender proyectos totalmente desfasados en tiempo.  Por eso me vi en la forzosa necesidad de dejar a mi hijo 10 horas en una guardería.   Cuando lo iba a buscar a las 7 de la tarde y sólo estaban Oliver, la chica auxiliar y la mujer de limpieza,  yo sufría. Les preguntaba a ellas como suplicando un consuelo ¿él es el único niño que está hasta ésta hora?  Ellas, creo que a modo de ofrecerme ese consuelo, me contestaban: "no no, hay otra niña que se va unos minutos antes".  Yo sabía que esos “minutos antes” eran una hora antes, pero me lo tomaba como una caricia en la espalda. 
Hace un par de semanas escuché a la mamá de un compañero de Oli hacerse la misma pregunta y me acordé de mi tormenta personal.  Lo estoy escribiendo y me vienen las lágrimas y todos esos sentimientos encontrados, recuerdo las mil maldiciones que arrojé a una sociedad en la que no puedes ser madre y profesional, donde tienes que escoger una de las dos cosas.
Cuando lo fui a buscar esa  tarde su  primer día, me dijeron que había estado muy bien, y el siguiente y así toda la semana muy tranquilo. Ufff respiré… bueno no era tan malo, me decía a mí misma, hasta que vino la primera enfermedad, la gastroenteritis viral.  El pediatra me decía que le diera poquita comida y estuvo una semana vomitando, hasta que mi amiga Juli me dijo que mejor darle sólo suero hasta que mejorara, mano de santo, estaré siempre agradecida con ella por ser la única madre conocida que tenía a mano.  Luego vinieron los mocos y no se fueron hasta pasados Los Reyes.  También tuvo un virus de "boca-mano-pie", que contagió a todo el cole y a Oli le salió en el culete.  Un par de gastroenteritis más y algunas fiebres dispersas. 
A todas estas, el aita y yo turnándonos para faltar al trabajo, una semana él, la otra semana yo. Tener que rendir en un trabajo que requiere el 150% de mí a pesar de los trasnochos,  tener miedo cuando sonaba el teléfono y era del cole, la angustia de sentirme desamparada, ver por el rabillo del ojo las malas caras de los jefes e intentar hacerme la loca.  ¿Qué digo ahora, me creerán que se enfermó otra vez?  me despedirán?  lo despedirán a él?  Todo el mundo te dice "es normal que se enfermen", "coge días de vacaciones para cuidarlo".  Sí, pero últimamente hasta tomarse vacaciones es un lujo, entonces que hacía con todo esto?.  Nada, esperar que pasara el chaparrón, relajarme llorando en la bañera y armarme de valor y de paciencia

Después de unos meses que entró en la guarde su cuerpo ya era fuerte. Darle pecho hasta pasados los 18 meses ayudó.  Más nunca se enfermó.  Oli estaba muy adaptado a ir al cole, iba contento al lugar, aunque su maestra no le tenía mucha paciencia a mi trasto, y se quejaba constantemente de lo inquieto que es. Estaba llegando de una baja maternal y a lo mejor ella también pasaba por la misma agonía que yo, pero también le llegó a querer bastante.  
Luego fue creciendo y además nos mudamos al pueblo donde vivimos ahora y lo cambiamos a una Escuela maravillosa Arco Iris, con una directora que AMA su proyecto de colegio y sus niños, y unas profesoras increíbles que tienen lo justo entre carácter y mimería.  Oliver es un pájaro libreeeee, corre y se ríe por todo el sitio como si fuera el patio de su casa, aprende sobre todo a ser independiente, juega y hace amigos (se sabe todos sus nombres, Matías, Matí, Elisha, Camen, Laleria, jucia, yucas..). Realmente es el niño más feliz del mundo en su cole y nosotros estamos encantados. Todos los días se levanta y dice "benos días", "bibe cholate" y "quere ir al cole mamáaa".   
Entonces, ¿es bueno llevarlo a la guarde o no?  
Alguna vez leí una entrevista al pediatra Carlos González, con el que suelo estar de acuerdo, donde opinaba que llevar a los hijos a la guardería era antinatural.  A LOS CUATRO MESES LO ES.  Y cuatro meses es todo lo que te da la sociedad para criar a tu bebé.
Quién calculó los días de la baja maternal no ha podido ser madre.  Hay quienes opinan que la mujeres debemos ser independientes y profesionales y blablabla, no voy a entrar en polémica sobre feminismo, pero yo quisiera que si existe alguna MADRE en este mundo que me pueda decir que a los cuatro meses de tener a su bebé en brazos, SINTIÓ UNA IMPERIOSA NECESIDAD DE IRSE A TRABAJAR Y DEJARLO EN BRAZOS DE OTRO, que lo cuente.   Puede que eso de irse a la calle a trabajar para sentirse en igualdad de condición que los hombres se considere un logro de los movimientos feministas, pero también ha sido el motivo de una sociedad de familias desapegadas y madres estresadas.  Porque por mucho que uno ame su carrera, hay algo que está por encima de las leyes de los hombres y son las leyes de la naturaleza.  Ese tonto instinto maternal hará que te sientas fatal al abandonar a la cría indefensa, no hay más que hablar.
Por eso creo que las madres de todas las sociedades tenemos que unirnos y luchar por una conciliación laboral y familiar de verdad, no esa falacia de que te dan tickets de guardería,  menuda ayuda.  Lo que necesitamos es estar con nuestros bebés hasta que dejan de serlo y eso es entre los dos y los tres años. 
Porque también creo que a alrededor de los 24 meses, no es que les haga falta ir a una guardería para espabilarse, pero si les hace falta estar unas horas haciendo actividades y juegos guiados junto a otros niños.  Observar el proceso de crecimiento y aprendizaje de los amigos les favorece, despierta más su interés en el entorno que les rodea y potencia su autonomía, que será el paso para dejar de ser bebé y comenzar a ser un niño.
Si mamá se quedara en casa a cuidarlo hasta los tres años, tendría que dedicarse de lleno a ofrecerle todo eso y si estás trabajando aunque sea desde tu casa no es muy factible ese nivel de exclusividad, aquí es donde unas horas al día en las escuelas infantiles o sitios de actividades lúdicas dirigidas vienen bien. Pero eso son 20 meses después de lo que dice la ley. 
Yo actualmente estoy luchando por cambiarme al modelo de "trabajar desde casa" porque a la larga estoy segura que a mi familia le compensará el esfuerzo, pero es un camino muy duro y al que no todos los padres pueden acceder. 
Por eso si eres mami y te encuentras en la necesidad de llevar a tu bebé a la guardería siendo muy pequeño, solo me queda ofrecerte un enorme abrazo y aconsejarte que por encima de todo te tengas paciencia y amor a ti misma  mientras pasa la tormenta de los primeros meses, porque es contigo con quien más dura vas a ser.  Siempre habrá quien te diga si ser o no ser, pero en esto de la maternidad no hay un único camino, ni una verdad absoluta, cada familia conoce sus necesidades y posibilidades, y actúa de acuerdo a ellas.  Y al final todo pasa, todo…
Hoy en día Oli va feliz a su cole...


Estrellas Doradas con Purpurina

A los peques les chifla esa cosa suave que brilla y que ensucia por todos lados, pero cómo negarles ese placer.
Jugar con purpurina es lo más pringoso que hay.  Se esparce por los aires, y por más que limpies pasan días hasta que ya no vuelves a ver una partícula de ellas por tu ropa y las esquinas de la casa.  
Pero hay que reconocer que a todos de niños nos encantaba cuando se acercaba Navidad y en el cole hacíamos manualidades y tarjetas con ella, así que hicimos estas estrellas con mucha purpurina:
Con el cartón corté varias estrellas y las coloqué en un recipiente.
En dos recipientes suficientemente amplios y profundos para que quepan las estrellas, colocamos en uno la cola y en otro la purpurina.
Paso 1: Remojamos las estrellas en la cola, que quede bien impregnada.





Paso 2: Rápidamente lo pasamos a la purpurina por ambos lados.




Paso 3: La colocamos en una tapa de esas plásticas o cualquier recipiente donde viene la comida,  y le tiramos un poco más de purpurina por encima, por si hay alguna parte que quedó descubierta.




Paso 4:  Las dejamos secar ligeramente apoyadas sobre un envase de huevos, porque si se dejan secando acostadas, obviamente se pegan a la superficie.




Oli disfrutó muchísimo guarrearse todas las manos (ehhh, yo no tanto)

              ......  En un próximo post les contaré como hemos utilizado las estrellas  ......

Un cumpleaños para bebés... MUY CRAFT !!

Mi pequeño estaba a punto de cumplir 2 añitos, y mami  tenía poquísimo presupuesto, pero muchas ganas de hacerle una celebración en casa con algunos amiguitos de su cole, y muchaaa… muchaaaaaaaa creatividad ¡!    Y con ese espíritu preparé una “merienda artística para bebés”.
En casa tengo un papel que me encanta, podría decirles que es uno de esos papeles Craft tan bonitos que venden, pero la realidad es que sólo es papel de pintor, lo venden en los chinos y cuesta 2 euros el rollo de 10 mts, pero ha sido la base de inspiración, ya veréis porqué:
>> LAS INVITACIONES <<
Para hacerlas, corté cuadrados del papel en forma de sobre, adentro metí la invitación que imprimí en casa.  Corté unos globitos de papel de colores rosa y azul, puse el nombre de cada invitado y cerré los sobres con ellos.  Como no conocía a ninguno de los papás, les adjunté una pequeña tarjetita donde nos presentábamos y agradecíamos la confirmación de la asistencia.   


>> LA DECORACIÓN <<
En  Ohhappyday.com vi una idea que me encantó para la decoración, unas guirnaldas cortadas en zigzag, así que cogí la cuchilla y manos a la obra, son muy fáciles.  Las colgué en el borde de la entrada.
Luego con el mismo papel de pintor hice unos banderines, que están tan de moda y son característicos de la onda craft.  Corté triangulitos y los pegué sobre hilo de algodón grueso (aquí puedes ver el DIY de Soyfelizpintando.com), y los colgué desde un par de lámparas de papel del Ikea hacia cada esquina del salón.
La mesa para la actividad artística la forré con papel blanco, del que le doy a Oli para pintar.  Como centro de mesa usé una caja de las de frutas, donde puse los materiales que íbamos a usar y varios globos de colores clavados en una lata.
Con Foamy, corté las letras con su nombre, y nuevamente más banderines de “Feliz cumpleaños”.

>> EL MENÚ <<
La locura de la tarta: esto fue toda una aventura.  Había visto alguna vez la idea de las tartas arcoíris, y combinaba bastante bien, así que me entusiasmé a prepararla. Batí  bizcocho de vainilla del común y lo teñí con colorantes vegetales.  Pasé un día entero batiendo y horneando…  fue muy arduo tener hornear, lavar el molde, y tirar otra capa más y así por seis colores…  luego vi en el blog laviendoux  la idea de hornearla en envases desechables. Jooo, porqué no leí eso antes!!!  En fin, quedó bonita, un pelín seca, pero creo gustó..  Y por supuesto la decoré con más banderines…
Los DELICIOSOS Y BELLISIMOS Cupcakes de Andrea fueron una sensación!!.  Andrea nos preparó las galletas que usé para los cotillones, y me dijo que traería “algo más” sorpresa… lo que yo no sabía era que combinaría a la perfección con toda la fiesta.  Preparó unos cupcakes arcoíris (estos sí profesionales, no como mi tarta J) y los decoró con un delicioso icing de crema y queso divertidamente AZUL!!..  Grandes y chicos, disfrutaron del sabor y el colorido…  ¿A quién no le gusta jugar a mancharse la lengua de azul?. En su web http://amerendar.com podéis ver las maravillas que hace ella.



Perritos para todos: pensaba en algo barato, simple, que no tuviera que estar cocinando a mitad del evento y que a todo el mundo le gustara…. HOT DOGS…  si, lo sé, es muy común en las fiestas infantiles, pero yo le añadí mi toque…  a los niños les puse un plato con perritos adaptados a sus manitas (envolví salchichas de coctel con  masa de pizza cortada en tiras y al horno), un vasito con manzana recién cortada en forma de patatas fritas, y un zumo….  Los sentamos en la terraza, sobre alfombras y cojines, muy Chill Out y todos encantados de merendar juntos y en el suelo…  fue un acierto total ¡!



>> LA ACTIVIDAD <<
Siguiendo con todo el estilo de la fiesta, la actividad fue hacer una obra de arte con pintura 3D casera preparada en el momento.  Puse la pintura en botes de colores como los de servir la salsa de los perritos, así los nenes tendrían control total sobre lo que pintaban.  Los pequeños disfrutaron ensuciándose las manos, la ropa, la mesa, y tirando pintura sobre el papel sin ninguna restricción… esa era la idea ¡!  


Acá les dejo la receta:









Como la pintura lleva bicarbonato, al secarse, se infla, y queda un dibujo en relieve, muy simpático.

Esta es la obra de Oli.  






>> LA DESPEDIDA <<
Para despedirnos, les dí a cada invitado un cotillón, que hice forrando tubitos de papel de baño, con papel de seda de colores, y los rellené con algunas gominolas, un globo, y la galletita decorada.. de las de Andrea…  a la salida de la fiesta, puse un lienzo con un dibujo especial para Oli donde todos dejaban su huella pintada, para formar una canasta tirada por globos…   
Fue un trabajon, pero he disfrutado cada pequeño detalle, y la mayor felicidad fue ver a Oliver fascinado con todo, cada vez que llegaba un invitado, reía, y lo llevaba a al patio a jugar… no podía creerse que sus compis estuvieran allí… 
Agradezco mucho a todos los que estuvieron presentes y pusieron su granito de arena. 
Las fotos tan chulas, las tomó Jesús, de Melongrafic…  mil gracias J

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Un poco del mar para él

El mar nos pilla bastante lejos, por eso se me ha ocurrido una idea para darle una pequeña muestra a Oli.
Yo me crié prácticamente en el mar, lo adoro y es una de las cosas que más extraño del lugar donde nací, poder ir a la playa una vez al mes, acostarme en la arena suave y limpia, dormirme colgada en una hamaca bajo dos palmeras, oler a bronceador de coco,  hacer el flotador y dejarme llevar por las olas, mirar el cielo azul en todo su esplendor.   
No poder ofrecerle esto a Oli a veces me resulta frustrante, por eso tiré de lo que tenía a mano.
Le he puesto unas conchas de mar y un poco de arena de decoración dentro de una bandeja y le expliqué qué eran.
Mientras jugábamos puse sonidos del mar en el ordenador, que por cierto le relajó bastante y le mostré muchas fotos de la playa.
Oli metía las manitos en la arena, le daba una sensación extraña pero se reía.
Le conté qué eran los caracoles, y le expliqué cómo suenan si te lo acercas al oído, y eso le flipó.
Por último pintamos una playa con los deditos.

Castillo de Cajas


Todos sabemos lo divertidas que son las cajas para los niños, mucho más que el propio juguete, pero y si construimos un juguete con una caja?
 Compramos unos muebles del Ikea y le dije al aita que me guardara las cajas que algo haría con ellas.  Había visto algunos modelos espectaculares en internet de castillos y casitas hechos con cajas y me quedó dando vueltas la idea en mi cabeza.  Así que por fin me atreví a hacerlo.
No planifiqué mucho el diseño,  sino tomé un par de esas cajas, una cuadrada y otra rectangular más alta, y a ver qué me salía.  Empecé por sellar bien las esquinas con cinta de embalaje, por adentro y por afuera, y al menos tres capas para que fuera resistente. 
Luego le hice un agujero con forma de puerta a la caja más pequeña, tratando de imitar las puertas de los castillos.  Nada más con eso y ya Oli la empezó a disfrutar.     
 La verdad es que si empezó siendo un castillo, pero me quedaba la caja larga y no tenía mucho tiempo para esmerarme a construir una torre, y pensé que Oli iba a disfrutar más abriendo y cerrando la puerta que sólo asomándose la torre,  así que la rebajé a su altura Oli, y le corté una ventana.  Quedó como una cabina telefónica  jajajaja.  La pegué a la otra parte con más cinta.
Como quedaron unos sobrantes de las cajas, hice unas escaleras y las puse a un costado de la caja pequeña. Y luego para que tuviera más diversión, le corté más puertecitas por la parte de atrás.
Resultado..  ni castillo, ni casita sino ésta estructura rara y divertida… con puertas para abrir y cerrar, escaleras para subir y bajar, trampillas para escapar, ventanas para asomarse. 
Mi hijo después de quedar exhausto de explorar todas las posibilidades me miró con carita de “gracias mami, que guay te ha quedado”.    Yesssssss…



Hemos vuelto a la carga !!

Estuvimos de vacaciones pero hemos vuelto a la carga !!
Ha sido un verano corto, entre que habíamos tomado las vacaciones en Junio cuando vino mi hermano a visitarnos, y que he estado trabajando a full en el taller, se ha ido volando y aquí estamos nuevamente.
Pero hicimos muchas actividades.  El calorcito y la terraza han sido grandes aliados para tener nuestra creatividad a millón, y el agua ha sido la gran protagonista, en la piscina, en la bañera, en la piscina inflable, con la manguera, con la regadera de las plantas, en el río, y....  derramándola del vaso cada vez que quiere...  Ya les contaré...
Oli ha pegado un estirón en todos los sentidos.  No le sirve nada ni la ropa, ni los zapatos, sube y baja los tres pisos de la casa poniendo un pie por escalón (como mamá), canta en inglés y HABLA a mil por hora.  Está experimentando cada cosa con más atención, y ahora retiene todo lo que ve y escucha.  Tan es así que el año pasado cuando lo metimos en la piscina por primera vez estaba hecho un pez, y este año como que se dió cuenta que aquello era más grande que él y que no tenía dominio sobre esa mole de agua.  Si se fijan bien en la foto, no llora pero su cara está tensa.  
En un primer momento nos preocupó su reacción, porqué ahora tenía miedo?  Porqué se agarra como un koala? Normal, antes pensaba que era parte de nosotros, ahora ya se sabe un individuo y allí sus pies no tocan fondo.
Así que nos ha tocado dejar que él solito cogiera confianza en la piscina pequeña. Desarrolló su sentido del equilibrio con el agua en movimiento, le daba a las piernas y los brazos para nadar, se sentaba y luego se levantaba para no ahogarse, y lo más difícil pero impresionante es que se sumergiera completo dentro del agua.  Todo esto sin "flotadores" (no me gustan mucho esos inflables colgados de los brazos).  Lo fue disfrutando a su ritmo y ya la última semana saltaba del borde de la piscina al agua como si fuera un medallista olímpico.  Piscina superada!!
De los 18 meses hasta los 3 años aprenden tantas cosas tan rápido que no paras de sorprenderte.   
Es un placer estar de vuelta por estos lados...


Semana de la Lactancia Materna

Esta semana en casi todos los blogs de mamis y papis, y medios de comunicación en los que se hable de bebés y crianza se habla de La semana mundial de la Lactancia Materna.  
He leído post maravillosos y nutritivos, con muchísima información, familias a las que les ha ido fenomenal desde el principio y familias que han sufrido un calvario desde el principio.


Hace unos días yo describí mi experiencia con Oli y Nuestra Lactancia Materna,  fue por demás maravillosa, deliciosa, llena de amor. Pero también fue difícil, trasnochera y agotadora.  Y creo que muchos coincidimos en que la constancia y la paciencia es el mejor aliado durante este proceso, y yo insisto en que es nuestro hijo nuestro mejor maestro, en muchos de los post que leí en los que la madre ha tenído "problemas" han estado rodeadas de comentarios, de sugerencias, de libros, de pediatras, de abuelos, suegras, amigas, etc.  Y aunque pongo el pin sobre el "apoyo a las madres que amamantan" me permito explicar mi punto de vista sobre ese apoyo.  
El apoyo gubernamental debería enfocarse en permitir una real conciliación laboral con la vida familiar, no que la madre tenga que salir corriendo a dejar a su hijo en una guardería a los 4 meses de nacido, empezar a darle biberones o a sacarse la leche en frasquitos apurada para darle por la noche todo lo más que puedan de si mismas, todas sabemos que la teta no sólo es alimentación, es medicina, es consuelo, es amor, es placer, y eso no se puede guardar en un frasquito.  Y no estoy criticando a las madres porque tienen que recurrir a esto, sino porque ante esto, nos autoconsolamos pensando "bueno pero tan poco es tan malo".  No, no es tan malo... pero tampoco es tan bueno, y si nosotras no exigimos, no tendremos, porque los gobiernos "pasan" olímpicamente de esta necesidad.  No están interesados en críar seres humanos felices, que en definitiva serán quienes crearán una sociedad sana más adelante, sino seres que cada día encajen mejor en el mundo como está.
El apoyo de los blogs de madres son especialmente positivos cuando hay tantas dudas, y resulta que no sólo tú has pasado por eso, sino que en algún lugar del mundo hay muchas más como tú, pasando por lo mismo, teniendo miedos y expectativas de que será como lo vieron en la película de Jenifer López y se frustran porque no es así. Las organizaciones sobre lactancia son un gran apoyo cuando está fallando la técnica, muchas no sabíamos al principio que la postura es lo que permitirá que el bebé amamante sin que la madre sufra. 
Y el apoyo de los pediatras, (como agradezco no tener que ir frecuentemente a uno de estos "especialistas") creo que antes de apoyar deberían sentarse a estudiar y a ponerse al día y de acuerdo entre ellos sobre lo que es la lactancia materna.  Que opiniones tan dispares, que desorientados, y que desinformados están muchos de ellos sobre este tema en particular.  Se salvan algunos, pero en general más que orientar, pareciera que su labor es todo lo contrario.  O mejor dicho, realmente se debería acudir a un pediatra cuando hay una condición de salud, una enfermedad, y la lactancia no lo es. Pero siempre oímos la frase, "ante cualquier duda acuda a su pediatra", y no estoy de acuerdo.  Para esto deberían existir otro tipo de especialistas, como las matronas, pero éstas acompañan sólo durante el embarazo, y su información y servicio debería abarcar los primeros años de vida del bebé.  
Y por sobretodo el apoyo de la familia (papá, abuelas, suegras, hermanas, tías, amigas), debería estar orientado a "te preparo la cena o te hago la colada mientras das de mamar", en lugar de estar encima de la madre diciéndole "yo lo hice así o asá".
En definitiva el apoyo de los demás es importante, pero es nuestro instinto natural quien debe guiarnos. 
Así que mi enhorabuena y palabras de ánimo a todas las familias que estén amamantando, que estén iniciando,  o que estén por iniciar el camino de amamantar a sus  hijos.  Es el mejor regalo que se pueden dar.


Su primer tortazo

Astuto, curioso y movido, una combinación electrizante.
Nuestros amigos nos hicieron un BabyShower y nos regalaron una hamaca para Oli, super chula, roja, con motivos piratas y unas pelotitas colgando de un arco. 

A las tres semanas de nacido Oli “el curioso”, ya estaba manoteando las pelotas.  En el momento no le di mucha importancia, hasta le tomé un video, pero desde luego con el tiempo y mis lecturas sobre bebés y crecimiento me percaté de que no era tan común que un recién nacido tuviera esa capacidad de coordinación motora.  Uff que guay, es inteligente y kinestésico, será todo un reto entretenerlo y mantenerlo a salvo.
Transcurridos un par de meses desde entonces, lo de darle a las pelotas se tornó aburrido para él, así que empezó a probar y experimentar más con su cuerpo y poner a prueba sus capacidades.  Descubrió que se podía arrastrar de espaldas, hamaca para abajo, y lo intentó y lo intentó hasta lograrlo.  Se carcajeaba…  Era sorprendente verlo arrastrarse de milímetro en milímetro, disfrutando cada paso, hasta que sus pies tocaban el suelo y más atrás el culete.  Ya había aprendido a bajarse de ahí…   wiiiiiiiiiiiiiii es un campeón!!
Hasta ahí todo fenomenal.  Yo me iba a la cocina a preparar la cena y lo dejaba viendo los dibujos o el canal de música en la TV unos minutos, si total era un bebé de menos de cuatro meses, no se iba a echar a andar a coger nada peligroso.  Pero un día fue más allá y al bajarse tocó el suelo con los pies, pero antes de que llegara su culo, se impulsó y dio media vuelta.  
El Aita me estaba ayudando y de repente escuchamos un poooooofffff, y más atrás un ñeeeeeeeeeeeeeeeeeee.  ¿Qué ha pasado??   Pues nada, el trastito se había bajado esta vez por un lado de la hamaca, cayó boca abajo en el piso y pegó la frente de rebote.  Para ese entonces aún no se volteaba del todo solo, así que verse rodeado de muebles y sin posibilidad de escapar de su autoencierro lo asustó mucho y el doble nosotros, pero no se hizo daño.  Le revisé todo el cuerpo, hasta las uñas, a ver si estaba bien.  
Iker y yo entre el susto y los nervios, nos acusamos de irresponsables el uno al otro, pero es que en realidad, jamás nos hubiésemos imaginado que el bicho fuera tan audaz.  De ahí vino la canción "Ya pasóoooo, ya pasóooo, el bebé está muy bien, ya pasóoo, ya pasóoo todo va fenomenal" y aprendí que poner un pañito de agua helada en su frente (en lugar del hielo) es mejor para evitar que se forme el moretón o el chichonazo.  

Desde ese día no ha parado…  ni él, ni nosotros.  Su evolución cognitiva y sensorial-motora, aunque a veces es agotadora, no deja de ser fascinante.


El dudu se merece una entrada

El dudú, el mejor amigo de mi hijo, como para no merecer una entrada. Faltaba más!
Ha estado acompañándole en la mayoría de sus procesos evolutivos desde que estaba recién nacido y hoy en día sigue ahí en pie de guerra, siempre fiel y loable.
Estuvo en sus primeras babas.  Cuando ningún mordedor podía aliviar su enorme pena, él descubrió que mordisquear la orejita de Dudú si lo hacía. 
Sus siestas en la hamaca con Dudú son indescriptibles.  Lo mirábamos dormido tan apacible con el brazo alrededor del cuello de ese muñeco y nos preguntábamos ¿Qué soñarán esos dos? 
Muchas noches dormimos los cuatro en la cama, el Aita, la mam, el bichito y Dudú.  Huele a nosotros.  Una vez vi en la película “El Perfume” un tío que tenía un olfato privilegiado que quería extraer y envasar el olor de todas las cosas, si quisiéramos envasar el olor de nuestra familia, habría que extraerlo del Dudú.
Cuando se volteó las primeras veces, Dudú estaba ahí para que no golpeara tan duro su cabecita.  Aprendió a caminar cogido del sofá con Dudú en una mano.  No sé si se sentía más seguro o mejoraba su equilibrio.
Cuando empezó a comer papillas  y frutas, hacía algo muy curioso, primero mordía un poquito la oreja a Dudú y luego mordía la comida que le ofrecía.  Era como si “probara los dientes” antes, o los afilaría como los cachorros ?  Jajaja no sé, pero me daba risa.
Durante toda nuestra lactancia éramos tres, yo acariciaba a Oli con mi mano libre en su espalda y sus pies (siempre he tenido debilidad por sus pies)  él con su manita acariciaba mi cintura, y con la otra acariciaba a la tetita y a Dudú.
Al entrar en la guardería, abrazó más que nunca a su mejor amigo.  Si estaba inquieto, le daba un mimito a Dudú y se calmaba (dicho por sus profesoras).    Cuando entró en el cole nuevo los primeros días estaba eufórico, la tercera  semana empezó a darse cuenta que tendría que ir ahí regularmente y estuvo más inquieto, entonces se me ocurrió decirle mientras íbamos en camino “si te sientes solito y nos extrañas mucho, abraza a Dudú, que mamá y Aita lo sentimos y te devolvemos un beso”… lo abrazó con todas sus fuerzas, luego lo soltó y se fue a jugar.
Dudú ha rodado de boca en boca, ha traído y llevado virus del cole, lo ha compartido con otros amigos.  Lo ha arrastrado por el suelo del cole, de la casa, de la casa de nuestros amigos, del parque…  Ya dejé de contar las veces que he lavado a Dudú.  El otro día estaba tan sucio que me bañé con él y mientras me daba crema en el cabello, porque cada minuto cuenta, aproveché para restregarlo y dejarlo impoluto.
Un viernes se nos perdió.  Montamos a Oli en el coche y en teoría Dudú iba en sus manos.  Al llegar a nuestro destino estuvimos jugando, paseando, y se nos olvidó su existencia.  No fue hasta entrar en casa que notamos su ausencia.  Y Dudú????? Noooo,  no puede ser se haya caído.  ¿Estará en el centro comercial, o en casa de nuestros amigos, o será que lo habíamos dejado en casa??  Fue una cruzada buscarlo y nada, no apareció.  El Aita y yo estábamos realmente deprimidos por la pérdida del muñeco, Oli ni lloraba, pero si es cierto que durmió inquieto esa noche (¿lo extrañaba?) así al día siguiente corrimos a la tienda donde lo habíamos comprado para intentar conseguir uno igual.  Conseguimos a su “hermano mayor”, la forma del nuevo era igual pero un poco más grande en tamaño y con un cordón que tira de una caja musical.  Ohhh que fantáaaastico,  éste será su nuevo mejor amigo.  Pues que gran equivocación!!  Cuando se  lo dimos lo miró con cara de  “¿y quién es éste tío?”, nos puso un morro y nos lo devolvió.  Le dimos cualquier cantidad de explicaciones “ahora que eres mayor, tienes a un amigo más grande”, “Que linda suena la canción estrellita dónde estás”… Intentó abrazarlo un par de veces, pero se notaba que esa relación era forzada.  Si se le cruzaba lo tiraba para un lado de la cuna y nos miraba con esa “su mirada madura” que nos pone a veces. Les aseguro que si mi hijo hubiese hablado en ese momento nos hubiese contestado “En serio uds. creen que soy tonto y no me doy cuenta que ese no es Dudú”.  Cuando ya no quisimos insistir más con el dudusote, tristes y resignados,  mi marido baja a tirar la basúra el domingo por la noche, y tataaaaaaaannnnn.. un milagro, milagríiiisimooooo, ahí estaba el dudú colgando en el buzón del correo.  Suponemos que se cayó en el garaje y un vecino amable lo recogió y lo puso allí, pero no habíamos pasado por la portería en todo el fin de semana.    Ahhh que alivio, nos relajamos. La verdad es que nos dimos cuenta que estábamos más preocupados nosotros que él. 
Si es que lo más guay de Dudú es que no es algo de lo que depende mi hijo, como algunos bebés se pegan con el chupete, sino es más bien un refuerzo positivo en su vida.  Para él es como un miembro más de la familia.  Oli podría pasar días sin ver a Dudú y no lo va a pedir.  Si nosotros vemos que necesita consuelo, se lo ofrecemos, sobre todo para dormir, y la cara de felicidad que pone no es normal.  Le da besitos en la nariz, lo mima, alguna vez le he visto jugar “a darle de comer”, es su amigo. 
Al final, se quedó con los dos, aprendió a querer a Dudúcito y a Dudusote por igual.  Si es verdad que los  juguetes se despiertan cuando no hay mayores, Dudú debe hacerlo y susurrarle a su oído, “todo está bien Oli, tranquilo bebé, te quiero”.
Después de escribir esto me doy cuenta que más bien somos el Aita y yo quienes  si tenemos ese apego “chupetero” con Dudú… jajajaja.. 

Alguna mamá ha visto a su bebé tener un afecto especial por un juguete?



Los tesoros en la naturaleza

Varias flores, hojas verdes, hojas secas, ramas, piedritas, tierra.  Mucho por explorar y aprender.
El otro día vi en un blog que me gusta mucho theimaginationtree.com una idea sobre qué hacer con los peques ahora que hay buen tiempo.   En el post Nature Exploration Table, Anna le daba a las niñas cosas de la naturaleza para explorar, clasificar, dibujar.  Me encantó,  así que hice mi versión del juego adaptado a mi trastito.
Como él es tan movido y disfruta muchísimo pasear, lo lleve por el camino que está cerca de casa y recolectamos varias cosas.  Flores variadas, hojas, ramas,  piedritas y llenamos el cubo con ellas.
Él estaba encantado porque lo dejé tocar todo lo que llamaba su atención (o casi todo, una colilla de cigarrillo también despertó su curiosidad pero no entraba en el juego).


Luego en casa lo separamos:
Pusimos las ramas a un lado.  Le explicaba que ellas se caían de los árboles que vimos por el camino.
Luego colocamos las flores, las margaritas, las rojas, y las amarillas.  Reconoció los colores de cada una.
Cuando jugamos con las hojas, detallamos las distintas formas. Aprendimos la diferencia entre las hojas vivas de color verde y las secas color marrón, las apretó con sus manos para notar que unas eran suaves y las otras crujientes, hacían un ruido Crrjjjjj y se rompían al cogerlas.
Por último colocó las piedras y con la pala la arena que recogimos del parque y la tierra que recogimos del camino.  La primera era fina, la segunda más gruesa y color oscuro.






Luego nos inspiramos y armamos una composición con todo eso. Un poco de pegamento, le escribimos los nombres y voilâ... este es el resultado final...  además de bonito sirve para que él recuerde el nombre de lo aprendido.








Oli además de disfrutar el paseo fue observando, tocando y aprendiendo como se llamaba cada cosa.   Aprendió a decir "aneeeenaaa" y "fooor".  
A veces creemos que nuestros niños necesitan juguetes con muchos colores y sonidos para aprender, y el mejor de los aprendizajes lo obtienen de cosas muy simples, como esta.





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