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De extraescolares hasta arriba
No sé si debí escribir este post hoy que aún estoy cabreada y me pongo irónica, pero aquí voy.
Yo estoy de acuerdo con que es positivo para los niños hacer algunas actividades adicionales al programa de estudios del colegio, No está mal que practiquen algún deporte o que exploren su lado artístico. Pero lo que está mal, y todo el mundo lo sabe pero no pasa nada, es el uso excesivo de esas actividades, y más allá de ser para estimular las capacidades del niño, sean para cubrir la brecha que hay entre el horario laboral de los padres y el horario escolar
Se habla demasiado de conciliación laboral y familiar y sé que hay algunos casos en los que la gente ha podido lograrlo con un enorme esfuerzo personal, incluso económico. Quizás, el 5% de la población!! Pero y el resto?
A los que curramos de 9 a 7 todos los días, nos comen el coco en los coles diciéndonos que hay muchas actividades maravillosas ofrecidas por las AMPAs, pero cuando toca inscribirlos te das cuenta que una vez más se están burlando en tu cara, como con todos los beneficios que giran en torno a la supuesta conciliación (como la gran idea que son los tickets guardería).
Me repatea que todas las ayudas están orientadas a que el niño permanezca fuera de casa por más de 12 horas, en lugar de ir orientadas a que seamos los padres los que estemos en casa por más tiempo. JAMÁS se piensa en el bienestar del niño sino en la economía y en las empresas que arman jornadas de 10 y hasta 12 horas.
En el cole de mi hijo, por ejemplo, tienen una oferta de “ciencia para pequeños”, “actividades en inglés”, “teatro”, “Judo”, “baile”, y todas son guays, pero las programaron entre las 16 y las 17.. Por otro lado el ayuntamiento nos ofrece un montón de actividades y deportes: fútbol sala, tenis, baloncesto, tae-kwon-do, gimnasia, pero sólo hay plazas para 4 años en adelante y también están de 16 a 17. . Y qué hacemos con los de 3 años ? qué hacemos el resto de horas?, a tirar el muchacho en una ludoteca, o si tienes mucha “suerte” a dejarlo con los abuelos. Porque saliendo a las 19 del curro, es imposible llegar a las 17 a buscarlo.
Están los que logran hacer uso de la excedencia, que no solicita todo el mundo por miedo a perder parte del sueldo, yo creo que lo que te quitan de salario es casi lo mismo que te gastas en pagos de extraescolares, pero es un rollazo, porque a quién contrata la empresa para cubrir el par de horas? Quién convence a los empresarios recalcitrantes de este país que es necesario que reestructuren sus jornadas y tareas en beneficio de todos?
Y entonces aquí viene mi cabreo al n-mil porciento.. porque ya es bastante surrealista lo de la conciliación laboral y familiar, ya es bastante duro aceptar que tienes que dejar a tu hijo hasta pasadas las siete de la tarde en manos de otros, como para que encima esté todo tan mal montado.
Hace años., mi madre también trabajaba cuando yo era pequeña, pero de 8 a 5, luego nos buscaba en el colegio y hacía la tarea con nosotros.. Pero actualmente tenemos que PAGAR para que nuestros hijos hagan la tarea con otros!!!
En qué momento permitimos que nos la metieran con patatas y nadie reacciona?
Yo ayer salí de mi casa a las 7.00 de la mañana, cuando Oli dormía, y regresé a las 20.30, cuando el pobre ya había caído rendido. Entonces me senté a analizar ¿ésta va a ser nuestra rutina diaria? ¿veré a mi hijo de tres años sólo los fines de semana? ¿Para qué tenemos hijos que no estarán nunca con nosotros?
Qué es lo que estamos haciendo? Qué sociedad estamos diseñando para el futuro?
Ahí lo dejo...
Empezando en el cole de mayores.. y los viejos amigos?
Oli ha comenzado esta semana en el “cole de mayores”.
La semana pasada estuvo asistiendo a un período de adaptación que hacen en unas escuelas si y otras no, algunos docentes piensan que el cambio a cuenta gotas les cuesta más, otros piensan que poco a poco es más llevadero el cambio de “hogar al cole” o de “guardería pequeñita con 10 niños al cole grande con 20 amiguitos”. Yo creo que ambas visiones están bien, y que depende más del niño. Lo cierto es que él estaba encantado de ir, muy ilusionado, no había llorado ni un poco cuando le dejábamos… hasta el sábado, cuando sus tíos que vinieron de visita se marchaban a casa, mi hijo rompió a llorar en el suelo diciendo “mamá ya no tengo amigos”, con unos lagrimones y un sentimiento tan auténtico que partía el alma.
- ¿Cómo es eso que ya no tienes amigos Oli?
- Si mamá, ya no hay ninguno y tampoco tío Riki y tía Conce.
Claro estuvo todo el verano jugando de casa en casa de los vecinos y antiguos compis de la guarde. Era el niño más feliz del mundo porque se sentía parte de la peña y de repente se dió cuenta que ya no sale ninguno al jardín, ya no vamos a visitar a David o a Carmen, ni viene Matías y Aaron, y él se siente completamente abandonado, ¿a dónde se han ido todos? ¿porque ya no juegan conmigo? Y en el cole sólo ve algunos niños extraños durante un ratito muy corto.
Le abracé muy fuerte y le expliqué que los amigos están allí, sólo que ahora están más ocupados porque en el cole de mayores además de jugar también hay que hacer deberes.
Y es que los padres intentamos prepararnos y prepararlos para esta nueva etapa creyendo que tienes más o menos controlada la situación y siempre salta una variable como ésta. Su tristeza no tenía nada que ver con ir a ese cole tan grande, sino con el repentino cambio de tener muchos amigos a no ver a ninguno.
Es muy difícil situarse en la piel de un pequeño, lo que a nosotros nos parece normal y cotidiano, para él puede ser un universo.. Doy gracias a Dios de que Oli habla tanto y se expresa tan bien (parece una mini personita), que me lo hace un poco más fácil.
Esta semana ya comienza el comedor y las actividades, así que jugará con los nuevos amigos. Pronto los viejos amigos también se habrán reajustado al regreso de las vacaciones y saldrán a jugar, y volverá a sonreir mi trastito amiguero.
El Retorno del Rey
-“mamá me das más?, Porfa”
Cojo la jarra y la inclino para servirle lo que
queda, pero me interrumpe mirando hacia mi vaso:
-“y tú mamá?”
-“No importa mi rey, tómatelo tú”
De pronto suelta su vaso y con sus pequeñas
manitas coge mi vaso, lo pone junto al suyo y con la torpeza característica de
un peque de dos años para verter líquidos, lo inclina para servirme de su vaso
al mío, mientras me dice:
-“Si mamá, tu también un poquito”
Y sigue bebiendo como si nada, mientras en mi interior
ha ocurrido todo.
Mi corazón se acelera a mil por horas ante aquel
gesto de "alcanza para todos", de amor y desprendimiento, y le digo -“gracias”.
-“De nada, mamá” .
Mientras sus enormes y brillantes ojos me sonríen, y se acerca a darme
un beso con la boca fría y chorreando Nestea.
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He estado
muchos días como en bajamar, sin movimiento. En un estado entre “por qué no
avanzo” y “No me logro levantar”. Me
interné a buscar la fe o la justificación para tanta oscuridad a mí alrededor,
pero no encontraba nada. Medité sobre el
pasado y el futuro, pero no lograba volver al presente. Estaba en la camilla y de repente su sólo
gesto fue como si me pusieran los electrodos y BUUUUUUUUUUuuummmmMMM, volví a
latir, volví a reconectar.
Si mi hijo de
dos años es capaz de pensar y actuar de este modo sin que yo explícitamente se
lo enseñe, entonces los seres humanos si somos buenos por naturaleza, si existe
la compasión, el compartir, la unidad y la necesidad de que estemos todos bien
corriendo por nuestras venas, aunque el ego de unos pocos se empeñe en lo
contrario. Así que siempre vale la pena caerse
y volverse a levantar, seguir luchando por él y por todos los niños del mundo
mundial, y en honor a eso hemos decidido retomar. Oli y yo aún tenemos mucho por vivir y mucho
que contar.
Infinitamente gracias
Oli, por haberme escogido para ser mi maestro.
