Archive for julio 2013
Su primer tortazo
Astuto, curioso
y movido, una combinación electrizante.
Nuestros amigos
nos hicieron un BabyShower y nos regalaron una hamaca para Oli, super
chula, roja, con motivos piratas y unas pelotitas colgando de un arco.
A las tres
semanas de nacido Oli “el curioso”, ya estaba manoteando las pelotas. En
el momento no le di mucha importancia, hasta le tomé un video, pero desde luego
con el tiempo y mis lecturas sobre bebés y crecimiento me percaté de que no era
tan común que un recién nacido tuviera esa capacidad de coordinación
motora. Uff que guay, es inteligente y kinestésico, será todo un reto
entretenerlo y mantenerlo a salvo.
Transcurridos
un par de meses desde entonces, lo de darle a las pelotas se tornó aburrido
para él, así que empezó a probar y experimentar más con su cuerpo y poner a
prueba sus capacidades. Descubrió que se podía arrastrar de espaldas,
hamaca para abajo, y lo intentó y lo intentó hasta lograrlo. Se
carcajeaba… Era sorprendente verlo arrastrarse de milímetro en milímetro,
disfrutando cada paso, hasta que sus pies tocaban el suelo y más atrás el
culete. Ya había aprendido a bajarse de ahí… wiiiiiiiiiiiiiii
es un campeón!!
Hasta ahí todo
fenomenal. Yo me iba a la cocina a preparar la cena y lo dejaba viendo
los dibujos o el canal de música en la TV unos minutos, si total era un bebé de
menos de cuatro meses, no se iba a echar a andar a coger nada peligroso.
Pero un día fue más allá y al bajarse tocó el suelo con los pies, pero antes de
que llegara su culo, se impulsó y dio media vuelta.
El Aita me estaba ayudando y de repente escuchamos un poooooofffff, y más atrás
un ñeeeeeeeeeeeeeeeeeee. ¿Qué ha pasado?? Pues nada, el
trastito se había bajado esta vez por un lado de la hamaca, cayó boca abajo en
el piso y pegó la frente de rebote. Para ese entonces aún no se volteaba
del todo solo, así que verse rodeado de muebles y sin posibilidad de escapar de
su autoencierro lo asustó mucho y el doble nosotros, pero no se hizo
daño. Le revisé todo el cuerpo, hasta las uñas, a ver si estaba
bien.
Iker y yo entre el susto y los nervios, nos acusamos de irresponsables el uno
al otro, pero es que en realidad, jamás nos hubiésemos imaginado que el bicho
fuera tan audaz. De ahí vino la canción "Ya pasóoooo, ya pasóooo, el
bebé está muy bien, ya pasóoo, ya pasóoo todo va fenomenal" y aprendí que poner
un pañito de agua helada en su frente (en lugar del hielo) es mejor para evitar
que se forme el moretón o el chichonazo.
Desde ese día
no ha parado… ni él, ni nosotros. Su evolución cognitiva y
sensorial-motora, aunque a veces es agotadora, no deja de ser fascinante.
El dudu se merece una entrada
El dudú, el
mejor amigo de mi hijo, como para no merecer una entrada. Faltaba más!
Ha estado
acompañándole en la mayoría de sus procesos evolutivos desde que estaba recién
nacido y hoy en día sigue ahí en pie de guerra, siempre fiel y loable.
Estuvo en sus
primeras babas. Cuando ningún mordedor podía aliviar su enorme pena, él
descubrió que mordisquear la orejita de Dudú si lo hacía.
Sus siestas en
la hamaca con Dudú son indescriptibles. Lo mirábamos dormido tan apacible
con el brazo alrededor del cuello de ese muñeco y nos preguntábamos ¿Qué
soñarán esos dos?
Muchas noches
dormimos los cuatro en la cama, el Aita, la mam, el bichito y Dudú. Huele
a nosotros. Una vez vi en la película “El Perfume” un tío que tenía un
olfato privilegiado que quería extraer y envasar el olor de todas las cosas, si
quisiéramos envasar el olor de nuestra familia, habría que extraerlo del Dudú.
Cuando se
volteó las primeras veces, Dudú estaba ahí para que no golpeara tan duro su
cabecita. Aprendió a caminar cogido del sofá con Dudú en una mano.
No sé si se sentía más seguro o mejoraba su equilibrio.
Cuando empezó a
comer papillas y frutas, hacía algo muy curioso, primero mordía un
poquito la oreja a Dudú y luego mordía la comida que le ofrecía. Era como
si “probara los dientes” antes, o los afilaría como los cachorros ?
Jajaja no sé, pero me daba risa.
Durante toda
nuestra lactancia éramos tres, yo acariciaba a Oli con mi mano libre en su
espalda y sus pies (siempre he tenido debilidad por sus pies) él con su
manita acariciaba mi cintura, y con la otra acariciaba a la tetita y a Dudú.
Al entrar en la
guardería, abrazó más que nunca a su mejor amigo. Si estaba inquieto, le
daba un mimito a Dudú y se calmaba (dicho por sus profesoras).
Cuando entró en el cole nuevo los primeros días estaba eufórico, la
tercera semana empezó a darse cuenta que tendría que ir ahí regularmente
y estuvo más inquieto, entonces se me ocurrió decirle mientras íbamos en camino
“si te sientes solito y nos extrañas mucho, abraza a Dudú, que mamá y Aita lo
sentimos y te devolvemos un beso”… lo abrazó con todas sus fuerzas, luego lo
soltó y se fue a jugar.
Dudú ha rodado
de boca en boca, ha traído y llevado virus del cole, lo ha compartido con otros
amigos. Lo ha arrastrado por el suelo del cole, de la casa, de la casa de
nuestros amigos, del parque… Ya dejé de contar las veces que he lavado a
Dudú. El otro día estaba tan sucio que me bañé con él y mientras me daba
crema en el cabello, porque cada minuto cuenta, aproveché para restregarlo y
dejarlo impoluto.
Un viernes se
nos perdió. Montamos a Oli en el coche y en teoría Dudú iba en sus
manos. Al llegar a nuestro destino estuvimos jugando, paseando, y se
nos olvidó su existencia. No fue hasta entrar en casa que notamos su ausencia. Y
Dudú????? Noooo, no puede ser se haya caído. ¿Estará en el centro
comercial, o en casa de nuestros amigos, o será que lo habíamos dejado en
casa?? Fue una cruzada buscarlo y nada, no apareció. El Aita y yo
estábamos realmente deprimidos por la pérdida del muñeco, Oli ni lloraba, pero
si es cierto que durmió inquieto esa noche (¿lo extrañaba?) así al día
siguiente corrimos a la tienda donde lo habíamos comprado para intentar
conseguir uno igual. Conseguimos a su “hermano mayor”, la forma del nuevo
era igual pero un poco más grande en tamaño y con un cordón que tira de una
caja musical. Ohhh que fantáaaastico, éste será su nuevo mejor
amigo. Pues que gran equivocación!! Cuando se lo dimos lo
miró con cara de “¿y quién es éste tío?”, nos puso un morro y nos lo
devolvió. Le dimos cualquier cantidad de explicaciones “ahora que eres
mayor, tienes a un amigo más grande”, “Que linda suena la canción estrellita
dónde estás”… Intentó abrazarlo un par de veces, pero se notaba que esa
relación era forzada. Si se le cruzaba lo tiraba para un lado de la cuna
y nos miraba con esa “su mirada madura” que nos pone a veces. Les aseguro que
si mi hijo hubiese hablado en ese momento nos hubiese contestado “En serio uds.
creen que soy tonto y no me doy cuenta que ese no es Dudú”. Cuando ya no
quisimos insistir más con el dudusote, tristes y resignados, mi marido
baja a tirar la basúra el domingo por la noche, y tataaaaaaaannnnn.. un
milagro, milagríiiisimooooo, ahí estaba el dudú colgando en el buzón del
correo. Suponemos que se cayó en el garaje y un vecino amable lo recogió
y lo puso allí, pero no habíamos pasado por la portería en todo el fin de
semana. Ahhh que alivio, nos relajamos. La verdad es que nos
dimos cuenta que estábamos más preocupados nosotros que él.
Si es que lo
más guay de Dudú es que no es algo de lo que depende mi hijo, como algunos
bebés se pegan con el chupete, sino es más bien un refuerzo positivo en su
vida. Para él es como un miembro más de la familia. Oli podría
pasar días sin ver a Dudú y no lo va a pedir. Si nosotros vemos que
necesita consuelo, se lo ofrecemos, sobre todo para dormir, y la cara de
felicidad que pone no es normal. Le da besitos en la nariz, lo mima,
alguna vez le he visto jugar “a darle de comer”, es su amigo.
Al final, se
quedó con los dos, aprendió a querer a Dudúcito y a Dudusote por igual.
Si es verdad que los juguetes se despiertan cuando no hay mayores, Dudú
debe hacerlo y susurrarle a su oído, “todo está bien Oli, tranquilo bebé, te
quiero”.
Después de
escribir esto me doy cuenta que más bien somos el Aita y yo quienes si
tenemos ese apego “chupetero” con Dudú… jajajaja..
Alguna mamá ha
visto a su bebé tener un afecto especial por un juguete?
Los tesoros en la naturaleza
Varias flores,
hojas verdes, hojas secas, ramas, piedritas, tierra. Mucho por explorar y
aprender.
El otro día vi
en un blog que me gusta mucho theimaginationtree.com una idea sobre qué hacer
con los peques ahora que hay buen tiempo. En el post Nature Exploration Table, Anna le daba a las
niñas cosas de la naturaleza para explorar, clasificar, dibujar. Me
encantó, así que hice mi versión del juego adaptado a mi trastito.
Como él es tan
movido y disfruta muchísimo pasear, lo lleve por el camino que está cerca de
casa y recolectamos varias cosas. Flores variadas, hojas, ramas,
piedritas y llenamos el cubo con ellas.
Él estaba
encantado porque lo dejé tocar todo lo que llamaba su atención (o casi todo,
una colilla de cigarrillo también despertó su curiosidad pero no entraba en el
juego).
Luego en casa
lo separamos:
Pusimos las
ramas a un lado. Le explicaba que ellas se caían de los árboles
que vimos por el camino.
Luego colocamos
las flores, las margaritas, las rojas, y las amarillas. Reconoció los
colores de cada una.
Cuando jugamos
con las hojas, detallamos las distintas formas. Aprendimos la diferencia entre
las hojas vivas de color verde y las secas color marrón, las apretó con sus
manos para notar que unas eran suaves y las otras crujientes, hacían un ruido
Crrjjjjj y se rompían al cogerlas.
Por último
colocó las piedras y con la pala la arena que recogimos del parque y la tierra
que recogimos del camino. La primera era fina, la segunda más gruesa y
color oscuro.
Luego nos
inspiramos y armamos una composición con todo eso. Un poco de pegamento, le escribimos los nombres y voilâ... este es el resultado final... además de
bonito sirve para que él recuerde el nombre de lo aprendido.
Oli además de disfrutar el paseo fue observando, tocando y aprendiendo como se llamaba cada cosa. Aprendió a decir "aneeeenaaa" y "fooor".
A veces creemos
que nuestros niños necesitan juguetes con muchos colores y sonidos para
aprender, y el mejor de los aprendizajes lo obtienen de cosas muy simples, como
esta.Ese Chivito si sabe mamar
A Oli no le
costó mucho coger el pecho cuando nació.
Como fue cesárea programada le
llevaron con su papá y la enfermera le dio un poco de fórmula especial en un
biberón, mientras yo estaba en recuperación. Cuando subí a la habitación me
explicaron un poco cómo era lo de dar pecho, me dijeron que me lo pusiera y a
ver qué tal se le daba y si veía que no comía nada, que le diera una onza del
bibe.
Fue raro, buscaba
el pezón con la boca, lloraba un poco, seguía buscando hasta que lo cogió y
empezó a mamar. Que sensación tan extraña e increíble. Las primeras veces se quedó como un ordenador
colgado. Arrancaba con ánimo, y luego se
iba durmiendo, pero me aclararon que era por la anestesia. Entonces le dimos un par de veces más el
biberón. Pero a la cuarta, ya le había
cogido el tranquillo, así que no le dimos más.
En el Hospital La Paz de Madrid, donde son totalmente pro-lactancia
materna, hacen todo lo posible por que el bebé ya se esté alimentando del pecho
antes de darles el alta, así que al ver lo bien agarrado que estaba el bichito,
y lo rápido que me recuperaba yo, decidieron darnos el alta pronto.
En casa nos iba
bien, cada vez comía mejor, hasta que fuimos a revisión con el pediatra. Ese primer pediatra que tuvo Oli, es de los
que yo llamo “ochenteros”, el típico que recomiendan dar el pecho cada
tres horas, y yo novatisima, cómo no le iba a hacer caso??
Total que hecha
un lío, intentaba darle de comer a aquella cosita, cuando lo mandaba el
reloj. Inclusive en la noche llegué a despertarle para darle de comer, y como
era de esperarse, se me dormía en brazos. Entonces para
espabilarlo le mecía un poco mientras le cantaba “ese chivito si sabe mamar, ese chivito si sabe mamar”. Se despertaba y chupaba otro poco, y así pasábamos
la noche… divirtiéndonos.
Hasta que me
instalé seriamente a leer sobre lactancia materna, fue cuando supe que el pecho debe ser a demanda, que un
bebé jamás se debe despertar y que los calendarios y relojes es mejor mantenlos
lejos.
Un marco de... lentejas
A quién no le gustan las lentejas? Son fantásticas, y más en un marco de fotos y pintadas de rosa.
Vino a visitarnos mi sobrina Valeria. A ella le gusta mucho tomarse fotos y el color rosa, así que Oli le ha preparado este regalito.
Materiales:
- un marco de fotos, puede ser los baratos de ikea o alguno que esté feo y queramos darle nueva vida.
- un puñado de lentejas
- acrílicos en varios tonos de rosa
- cola blanca
- glitter (opcional)
- barniz acrílico
- un puñado de lentejas
- acrílicos en varios tonos de rosa
- cola blanca
- glitter (opcional)
- barniz acrílico
Los pasos muy fáciles:
2. Cogimos el puñado de lentejas y lo repartimos en varios cacitos. Cada uno será de un color.
3. Le tiramos un poco de pintura y removimos con unas cucharas desechables
4. Aplicamos cola blanca a cada cacito, antes que se secara la pintura (si se deja secar antes quedará una bola de lentejas de color y la idea es repartirlas)
5. Cogimos pocos de lentejas de cada color y los colocamos sobre el marco, tratando de repartir uniformemente. Dejar secar muy bien, incluso hasta el día siguiente.
6. Por último para darle el toque fashion, le dimos toques con glitter nacarado.
Fue fácil lo de las mezclas con Oli, pero lo de colocar las lentejas con cola no tanto, por lo pringosas que teníamos las manos. Pero a su prima le gustó bastante.