septiembre 16, 2014
Oli ha comenzado esta semana en el “cole de mayores”.
La semana pasada estuvo asistiendo a un período de adaptación que hacen en unas escuelas si y otras no, algunos docentes piensan que el cambio a cuenta gotas les cuesta más, otros piensan que poco a poco es más llevadero el cambio de “hogar al cole” o de “guardería pequeñita con 10 niños al cole grande con 20 amiguitos”. Yo creo que ambas visiones están bien, y que depende más del niño. Lo cierto es que él estaba encantado de ir, muy ilusionado, no había llorado ni un poco cuando le dejábamos… hasta el sábado, cuando sus tíos que vinieron de visita se marchaban a casa, mi hijo rompió a llorar en el suelo diciendo “mamá ya no tengo amigos”, con unos lagrimones y un sentimiento tan auténtico que partía el alma.
- ¿Cómo es eso que ya no tienes amigos Oli?
- Si mamá, ya no hay ninguno y tampoco tío Riki y tía Conce.
Claro estuvo todo el verano jugando de casa en casa de los vecinos y antiguos compis de la guarde. Era el niño más feliz del mundo porque se sentía parte de la peña y de repente se dió cuenta que ya no sale ninguno al jardín, ya no vamos a visitar a David o a Carmen, ni viene Matías y Aaron, y él se siente completamente abandonado, ¿a dónde se han ido todos? ¿porque ya no juegan conmigo? Y en el cole sólo ve algunos niños extraños durante un ratito muy corto.
Le abracé muy fuerte y le expliqué que los amigos están allí, sólo que ahora están más ocupados porque en el cole de mayores además de jugar también hay que hacer deberes.
Y es que los padres intentamos prepararnos y prepararlos para esta nueva etapa creyendo que tienes más o menos controlada la situación y siempre salta una variable como ésta. Su tristeza no tenía nada que ver con ir a ese cole tan grande, sino con el repentino cambio de tener muchos amigos a no ver a ninguno.
Es muy difícil situarse en la piel de un pequeño, lo que a nosotros nos parece normal y cotidiano, para él puede ser un universo.. Doy gracias a Dios de que Oli habla tanto y se expresa tan bien (parece una mini personita), que me lo hace un poco más fácil.
Esta semana ya comienza el comedor y las actividades, así que jugará con los nuevos amigos. Pronto los viejos amigos también se habrán reajustado al regreso de las vacaciones y saldrán a jugar, y volverá a sonreir mi trastito amiguero.
